En momentos como este me acuerdo de mi papá. Trato de acordarme de su
pelo, su piel, sus brazos grandes apretándome contra su pecho, sus manos
ásperas rozando mi cara y su dedo gordo entrando en mi boca. Me encantaba
morderle los dedos.
Cuando estoy solo me gusta mirarme al espejo en pelota. Me gusta mi
cuerpo, me encanta mirarme, que me miren, que me toquen, que me deseen, que
sientan mi cuerpo de niño mientras se les para la pichula. “Pichula”, me encanta esa palabra, pico es
muy de los noventa.
Cuando era chico tenía un amigo, el Pipe. Me caía bien el pendejo weón,
pero yo lo envidiaba porque su papá lo llevaba a la plaza a jugar a la pelota y
le compraba ramitas de queso en el negocio de la esquina. “¿Puedo jugar?”. A mí
nunca me gusto jugar a la pelota, pero me encantaba meter goles, porque para
celebrar, el papá del Pipe me tomaba en sus brazos y me hacía dar vueltas en el
aire. Cuando terminábamos de jugar, yo le ponía caritas y él me compraba
galletas, helados o si tenía un poco más de suerte me invitaba a comer
completos a su casa. Una vez cuando me despedí, le pase la lengua por los
labios al papá del Pipe y nunca más me dejaron jugar con ellos.
Siempre he pensado que con carisma se puede conseguir todo. Me arreglo
un poco, voy a la disco, me siento en una esquina de la barra y dejo entre mis
dedos un cigarro sin encender. Es una trampa mortal, pero hay que ser cuidadoso,
la víctima debe ser perfecta. Bien vestido, solitario, la edad necesaria,
posiblemente un trago recién comprado. Primero un cruce de miradas, una leve
sonrisa y corres la mirada tímidamente, haciéndote el desinteresado. Lo tengo. ¿Estás
solo?, ¿Bebes?, ¿Quieres bailar?. La
noche está asegurada. Tengo complejo de puta, sin ofender a mi madre. Ella en
su trabajo y yo en el mío. No somos tan diferentes, me gusta dar placer. ¿Qué
le voy a hacer?
Trátame como a un niño. Hoy quiero ser tu niño. Por eso tócame como mi
padre, abrázame como mi padre, apriétame como mi padre, pégame en el culo como
mi padre y déjame decirte Papi, mientras te corro la paja. Me excita sentir el
palpitar de tu verga en mi mano cuando te hago acabar mientras muerdo tus
dedos. Siéntame en tu regazo que hoy eres mi padre, mañana quién sabe. ¿Para
qué quiero un padre, si puedo tener cien? Cada uno en su forma, en su actitud.
Son hombres que suplen conmigo, lo mismo que yo suplo con ellos. Ellos me
contienen y yo los contengo. Soy un niño de papá, pero sin papá. ¿Tú quieres
ser el mío?
Me encanta este monólogo <3
ResponderEliminarAlex'Lover Forever haha :D
Mi puta favorita, Alex. ♥
ResponderEliminar:$ !
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